El Córdoba Club de Fútbol lamenta los términos y expresiones empleados por la alcaldesa de la ciudad, Isabel Ambrosio, en su respuesta a las declaraciones realizadas por el presidente del CCF, Carlos González, en la entrevista concedida al diario www.cordopolis.es y publicada ayer domingo.
Resulta muy triste comprobar que en lugar de responder a las cuestiones planteadas por el presidente del CCF, la alcaldesa se limita a descalificar e insultar al máximo dirigente del Club. Incluso, en un alarde de desprecio hacia un administrado, asegura que no entra en el fondo de los asuntos planteados por Carlos González, cuando debería ser lo primero en atender. En lugar de explicar, la señora Ambrosio dedica su respuesta a lanzar insultos hacia el dirigente del club al que califica como soberbio, zafio, ordinario, machista, misógino y prepotente.
No responde, sin embargo, al porqué de la falta de inversiones en una instalación pública como El Arcángel, inversiones que, sin embargo, sí se hacen en otras de la misma titularidad. Ni a los motivos por los que el CCF no ha recibido el dinero -una vez anulada la concesión del Parque del Canal- que tuvo que depositar en las arcas municipales para solicitar las licencias de la Ciudad Deportiva. No responde a las causas por las que el Ayuntamiento no ha querido conveniar el uso de El Arcángel, ni por qué no se dan los pasos para que sea el CCF el titular de las facturas de consumo eléctrico que paga. No aclara los motivos por los que el Ayuntamiento de la ciudad tiene abandonado un recinto deportivo en el que el Club ha tenido que invertir más de dos millones de euros para adecuarlo y hacerlo útil. No explica si el suelo de Rabanales 21, que tan insistentemente ofrece al CCF, tiene calificación de deportivo o habría que innovar el PGOU para adaptarlo al fin pretendido, un asunto en absoluto baladí dadas las reiteradas afirmaciones del presidente de la Gerencia de Urbanismo negándose a modificar el uso de un solo metro cuadrado de suelo en Córdoba para que el CCF construya su Ciudad Deportiva.
La alcaldesa de la ciudad no quiere o no le interesa responder a los asuntos que Carlos González expone en la entrevista de la que extrae conclusiones curiosas. Por ejemplo, ¿en qué parte de la entrevista expone Carlos González las manifestaciones machistas y misógenas de las que le acusa la señora Ambrosio?
Isabel Ambrosio considera que Carlos González carece de educación y redunda en ello llamándolo zafio. La alcaldesa, sin embargo, no califica las expresiones de su Primer Teniente de Alcalde en relación a los motivos por los que el CCF no construiría su Ciudad Deportiva en el Parque del Canal.
Considera la alcaldesa que las declaraciones del presidente del CCF son “intolerables”. No obstante debemos dar por hecho que sí son tolerables los insultos que ella emplea hacia Carlos González. ¿No puede un ciudadano exponer sus opiniones con libertad? ¿No es la tolerancia y el respeto a las opiniones de los demás –compartidas o no- uno de los más ricos argumentos del Estado de Derecho, de la Democracia que ella asegura desprecia Carlos González? Curiosa doble vara de medir la utilizada por la señora Ambrosio.
Porque dice que el presidente del Club menosprecia a la ciudad por cuestionar asuntos de la gestión pública municipal. La Ciudad soy Yo, parece querer dar a entender. Si cuestionas mi trabajo, cuestionas a la ciudadanía cordobesa.
Y eso lo acompaña de una afirmación más gruesa: dice que las opiniones de Carlos González traslucen “un alarmante desprecio al régimen democrático en el que afortunadamente vivimos”. ¿No forma parte de la Democracia la libertad del individuo para exponer sus opiniones? A tenor de las interpretaciones de la señora Ambrosio no, pero, no lo olviden, somos muy demócratas.
Una democracia que elige dirigentes para que gestionen el interés general y, llegado el caso, asuman que la crítica no es el insulto.
Y siendo alarmantes todos los exabruptos expuestos por la alcaldesa en su respuesta a la entrevista, resulta preocupante, muy preocupante, que de sus últimas líneas se desprenda una invitación a Carlos González para dejar el Club, para marcharse de la ciudad.
Todo sin que en un solo párrafo de la respuesta, la señora Ambrosio despeje una sola duda de cuantas plantea el presidente en la entrevista citada que, leída una y mil veces, no permite observar un sólo insulto hacia la alcaldesa o su equipo de Gobierno.
Y, sin embargo, a juicio de la señora Ambrosio, quien vive una realidad paralela es el presidente del Córdoba. Curioso todo, muy curioso.
